La culpa de la crisis es de todos, ciudadanos incluidos

No cabe duda que quienes tramaron la argucia de las hipotecas suprime son los primeros responsables de la situación actual. Sin embargo, no se debe olvidar que la legislación “no” consiente pero tampoco impide crear y aprovechar este tipo de sutilezas de la ingeniería financiera con un ánimo de lucro desmesurado. La ley es demasiado laxa en el caso de la especulación de capitales y entramados financieros semejantes y ésto es responsabilidad de los políticos que son quienes tienen la potestad de crear normativas rigurosas que impidan que ésto ocurra. Pero claro, los políticos llevan “a cabo” las funciones para las que han sido elegidos. En muchas ocasiones se aprueban medidas de todo tipo casi irrelevantes o leyes populistas de una u otra ideología pero lo importante se pasa por alto y la crisis es la consecuencia ¿quién exige al partido que vota que lleve un control sistemático de las acciones del sistema financiero? Nadie. Y el resultado es el que todos tenemos ante nuestros ojos y padecemos. Millones de desempleados, embargos, cierres de empresas, en definitiva, el empobrecimiento (en la actualidad severo) de los ciudadanos que decidieron votar a un partido por que prometieron un sin fin de cosas aunque por el camino se dejasen “estas cosillas que conducen a la crisis”.

El grave problema del desfase entre los ciclos políticos a corto plazo y los económicos a medio y largo plazo

La precaria situación económica en España guarda una estrecha relación con la política, se podría denominar política o económica de «pan para hoy y hambre para mañana». Entre la política y la economía hay un desfase que en España parece insalvable. Por un lado, la política se mueve en el corto plazo (cada cuatro años) y la economía en el medio-largo plazo (infraestructuras, educación, reformas fiscales, etc.) Un país no puede ser gobernado con una panorámica de solamente cuatro años.

Esto es lo que hay

Los datos económicos de España son desoladores (sin eufemismos dice la RAE: “Que causa extrema aflicción”) nuestros políticos lamentables e incompetentes, los sindicatos avariciosos, el sistema bancario insaciable y usurero, las instituciones económicas sordas y manipulables, y los ciudadanos irresponsables y ciegos. La situación económica del país hoy por hoy es calamitosa y mirar hacia otro lado es de una irresponsabilidad que parece innata a los españoles. Si se comparan los datos macroeconómicos de España con el resto de países desarrollados del mundo (en ciertos casos también con países en vías de desarrollo) son los peores con diferencia, es más, son vergonzosos.

Los políticos españoles son lamentables

Estaría mal meter a todos en el mismo saco y de ahí la intención del título de no hacer discriminación positiva, pues es con la que se escudan la mayoría para ocultar su incapacidad. El hecho de que presuman de todo menos de lo que realmente son ya es suficiente como para que se merezcan el calificativo del título. De cualquier modo,me refiero fundamentalmente a quienes ocupan tanto El Parlamento como El Senado ya que no sólo está lleno de políticos lamentables sino también de sinvengüenzas.

¿Se vota a un partido político o a una marca?

Teniendo en cuenta que en gran número de ocasiones los datos objetivos no son determinantes a la hora de ejercer el derecho a voto y que los partidos políticos se promocionan del mismo modo que una empresa utilizando y cumpliendo una por una “las 22 leyes inmutables del marketing” se puede afirmar que la idea social entorno a los partidos políticos (al menos los mayoritarios) es más una visión de marca que una elección objetiva al margen de la publicidad donde la “información asimétrica” es la que determina la orientación del voto hacia un lado u otro.