El injusto desequilibrio entre que Hacienda te deba dinero o se lo debas tú

Hacienda somos todos y unos más que otros, es un dicho que cada día toma más sentido en España. Pero las diferencias entre ciudadanos a la hora de cumplir las obligaciones tributarias van más allá. Pues a la hora de saldar deudas  con Hacienda, el abismo de intereses entre lo que pagarías o cobrarías es importante.

Si Hacienda se retrasa en la devolución de tu renta (por ejemplo, si es la declaración de 2011 y te la devuelve a partir del 1 de enero de 2013) el interés de demora actual que te pagarán será del 5% por el tiempo que corresponda. Si se demoran un día, la cantidad que recibirás será resultado de dividir todo lo que te deben entre 365 días y a este valor aplicarle el 5%. Si un ciudadano se retrasa con Hacienda, se le aplica el 5% (menos de tres meses de retraso) de sanción sobre el total (no sobre el número de días), el 10% (de tres a seis meses), el 15% (de seis a doce meses) y el 20% (más de un año) y con un recargo de interés de demora del 5%.

Además, recordemos que el retraso en la devolución de la renta por parte de Hacienda, atiende a retenciones practicadas un año antes y por las que no se cobran intereses por la erosión de capital debida por ejemplo a la inflación del año de la retención.

La cuestión ya no es sólo que un error por cualquiera de las partes sea más costoso para unos que para otros, sino que en el caso de que Hacienda reclame algo, la presunción de inocencia queda en un segundo plano, teniendo que ser uno mismo quien la demuestre… ¡Demuéstrenlo ustedes que son quienes me acusan! (como en cualquier causa).

En cualquier caso, la recaudación de impuestos es beneficiosa para todos éso si siempre que se gasten donde corresponde y siempre que sean equitativos no sólo en el papel sino en la recaudación… Una pena que no haya más inspectores o que les dejen ejercer más poder porque más de una vez tienen que tragar con algunas leyes…