El problema de la baja productividad española es un lastre para la economía, del que en muchas ocasiones hemos sido advertidos por multitud de organismo internacionales. Son muchos los factores que determinan la productividad de un país pero entre ellos, sin duda, se encuentra la productividad de los trabajadores. Flexibilidad laboral, sueldos acordes con los trabajos realizados, incentivos a los trabajadores, etcétera.
En España se dan circunstancias laborales, por término general, peculiares dentro del seno de las empresas a la hora de remunerar a los trabajadores. Si la economía de la empresa se encuentra en una situación boyante donde los beneficios son altos, el sueldo del trabajador se mantendrá fijo , en el caso contrario, una situación económica desfavorable (reducción de beneficios, pérdidas, etc.) repercutirá negativamente en el sueldo del trabajador, en muchos casos reduciéndolo por el bien de su puesto de trabajo o por el imperativo de la liquidez.
La cultura empresarial española aun se centra en más horas de trabajo, mayor sueldo olvidándose de los incentivos al trabajador y la organización de las horas trabajadas, es decir, se han de promover unos objetivos definidos orientados a aprovechar la jornada laboral. No quien pasa más horas en la oficina trabaja más.
La flexibilidad laboral es otro de los problemas que inciden en la productividad de los trabajadores y por tanto en la productividad total de la empresa. Horarios más flexibles. Un trabajador satisfecho y con capacidad de decisión es mucho más productivos que aquel que no se siente a gusto en su puesto. Permitir compatibilizar el ocio, la familia, etc. con el trabajo mejora la calidad de vida del trabajador y su rendimiento laboral. De aquí se deriva la idea de rigidez empresarial española y la escasa estructuración de los cuadros de mando, pérdidas de tiempo, etc.
La orientación de las empresas a aumentar su beneficios muy rápido en el corto plazo a costa de salarios reducidos que desincentivan al trabajador. Licenciados o diplomados que no cobran en función de sus conocimientos o estudios o trabajadores sin estudios con sueldos cada día más erosionados por la inflación, “el impuesto de los pobres”.
La competitividad española se ha orientado por parte de los sucesivos gobiernos a competir en costes bajos en vez de en calidad o productos de alto valor añadido y evidentemente y sin remisión eso afecta negativamente a los salarios de los trabajadores. La pescadilla que se muerde la cola, sueldos precarios que desincentivan a los trabajadores, reducida productividad de los trabajadores, reducidos salarios.
La organización interna de las empresas, la flexibilidad laboral, orientar la producción a productos de alto valor añadido y promover la implicación de los trabajadores son las claves para mejorar la productividad y fortalecer la economía con los consecuentes beneficios que esto conlleva.
#1 por palitroque el marzo 19, 2009 - 5:47 pm
increíble, lo hace solo… 😀
#2 por jmaguilar el marzo 19, 2009 - 8:30 pm
Amén
#3 por artsgema el diciembre 30, 2010 - 10:35 am
Me ha gustado el artículo, ¿qué mejoras reales sugeririas para cambiar a mejor la situación?
#4 por Eulelio el diciembre 3, 2011 - 9:53 pm
El problema es que España no tiene solución, cuánto tiempo se lleva hablando de esto y sin resultado?